Se me haría miércoles

Buenos días mujeres,
Bueno, hoy casi se me hace miércoles, la verdad es que últimamente me está costando ponerme a teclear, decidir qué tema hablo aquí al fondo del correo. Normalmente el tema me decide a mí. Yo no tengo televisión ni radio en casa, no leo diarios... Esto no significa que no esté al día de lo que ocurre, no conozco nombres de ministros, pero creo que mi falta de consumo periodístico me da una visión más global y también me permite hablar y preguntar a las personas. Las mujeres de mi familia tenemos una particularidad que llega a ser patológica: sufrimos de un exceso de sensibilidad; no se trata solo de llorar hasta con los anuncios de coche, se trata de ver a cualquier ser como alguien que merece amor y respeto: las desigualdades nos encienden, los estereotipos y prejuicios nos duelen, la maldad nos arma (de amor guerrero). Ver lo que ha sucedido a cada una de las personas que han perdido la vida en los atentados de París (y Beirut y...) me hiere, pero si hay algo que me enciende aún más es abandonar la visión del cambio que necesita nuestro mundo. Hay vidas que son más valiosas que otras, hay nacionalidades por las que llora el planeta entero, pero otras de las que se habla poco y hay odio y muerte sembrados por cualquier lugar. El periodismo de las víctimas habla poco de las dimensiones sociales y políticas que provocan una situación, porque se detiene en la cantidad de hijos que tenía una víctima o lo que estaba haciendo cuando sucedió la catástrofe. Yo podría llorar a las víctimas, pero se me haría miércoles y no encontraría consuelo, pero ¿y si veo más allá? Puedo hacer algo mejor que llorar, puedo coger mi sensibilidad y usarla para criar a mis hijas (ya sabéis, nuestra guerrilla marujil). Creo que a este planeta no le irá mal contar con dos individuas más para un nuevo cambio de consciencia: la consciencia que va más allá de las fronteras y los géneros y respeta y ama todo lo que es vivo. Hoy, más que nunca, si eres madre o padre de un niño (un ser en formación, que va a cambiar el mundo), tienes en las manos un trocito de futuro. Me siento como una heroína nuclear, de mi depende que sobreviva y prospere la humanidad humana y civilizada, de mi capacidad de amar y repartir y lanzar amor y bien como el maíz al fuego palomitas, que haya para todos, que vuele. Voy a ser una supermadre: la que hace menos que más, la que no grita todo el rato, la que llena de abrazos, la que ayuda y ve a los demás, la que no sigue la corriente, la que se equivoca mucho, la que sabe caerse y dar las gracias, la que reparte... Voy a empezar por el desayuno...

¡chau chicas! Feliz semana de trabajo en el futuro.

Comentaris

Entrades populars