La madrina
Estoy de duelo, invadida por una gran pérdida por la muerte de mi madrina. El martes pasado, después de una noche en la que pensé que perdería el brazo de la cantidad de horas que di mi mano a través de las barreras de la cama, mi madrina dejó de respirar. Cuando yo era pequeña, ella era mi refugio, mi salvación, en su casa se comía y se vivía con gusto, allí íbamos mi hermana y yo cuando mi madre se rompía y había que llevarla a arreglar. Cuando las cosas iban mal, allí llegaba ella, incluso antes de que nos diéramos cuenta de que necesitábamos ayuda. Era divertida y generosa y muy loca y tenía amigas tan locas como ella, que me hacían pasar una mezcla deliciosa de cariño y vergüenza. Nos queríamos mucho, como una madre y una hija, pero sin el peso y la responsabilidad de serlo... nos queríamos como dos tontas, sin razones, con mucha intensidad.
Si solo fuera eso, bastaría con dar las gracias por haberla tenido siempre a mi lado, pero la madrina era grande y compartió lo suyo con decenas de personas, con todo el que se enterara que lo necesitaba. Por su casa han pasado familias de cinco nacionalidades distintas y tres religiones; se han refugiado en ella muchos, han aprendido su castellano lleno de mallorquinadas, han encontrado un trabajo gracias a su insistencia y sus llamadas, les ha defendido, protegido, prestado dinero, regalado sus cosas. Unos le robaron y como era una mujer excepcional, les dió más que a ninguno, como matando el daño con comprensión y generosidad. Era normal llegar a su casa y encontrar cada vez un hueco distinto en las paredes: -Madrina ¿y el armario de la sala? -Se lo he regalado a tal, que necesitaba uno. Me reía mucho con eso. Y no creáis que la cosa solo era ofrecer su casa y sus muebles, empadronaba a todos sus protegidos, les hacía un contrato de trabajo, cuando tenían asegurada su residencia les encontraba otro trabajo... !He encontrado entre sus papeles hasta 15 contratos! !Era un poro en la frontera española! Hasta una jubilada se da cuenta que hay que recibir con un abrazo a la gente que no tiene y no nuestros gobiernos!
La echaré muchísimo de menos... era mi ejemplo, mi apoyo, mi amiga, mi otra madre. Le pedí a mi hija que me hiciera un dibujo para estar mejor y escribió en un papel: mama, el sol sempre fa molta llum. Mi hija es muy sabia, las personas mueren, sus cuerpos se desconectan, pero su ejemplo y su espíritu iluminan toda la vida.
Bueno, y ahora para que nos riamos un poco... no sé si explicaros sobre el entierro, que parecía una película cómica con la madrina que no cabía en la tumba y todos los primos empujando y yo midiendo todo con mi metro de museógrafa y como guinda mi hermana y yo queriéndonos robar las cenizas de mi madre... o sobre un día, hace tantos años que no debía estar yo aún en este mundo y la madrina paseaba del brazo de su marido, que era de muy buena familia y la madrina empieza a notar que las bragas XXL que llevaba, se le caen por debajo de la falda y sin perder el paso y con la cabeza bien alta, un pie tras el otro, le dejó a la calle el regalo y se fué con su marido fino y el orgullo intacto. Jajajaja! Si nos vemos por la calle pedidme que os lo es escenifique y nos reímos un rato con sus locuras, será un buen homenaje.
Un abrazo
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