¡A hacer limpieza!
Bon dia!
esta semana estamos de limpieza en casa y tengo la musculatura tan puesta en manejar kilos, que tocar teclitas me resulta un esfuerzo de contención increíble. Me siento como un Hulk sentado en la oficina y creo que me va a dar un ataque de brevedad.
Me he librado de mi cama y mis armarios nuevos y funcionales y he montado un viejísimo dormitorio centenario en mi habitación. Lo he rescatado del abandono en la casa de mi madrina, junto a otros tesoros (hilos de algodón, kilos de ellos, con los que siempre estaba entretenida, cosas hechas a mano y viejas fotografías...). Me fui a dormir prontito, después de haber estado cargando cajas y maderas y montando muebles todo el día y caí en un sueño profundo hasta que un estruendo me despertó, abrí los ojos con susto y me di cuenta que la cama tiene un crujido brutal. Pegué un saltito y al momento disimulé porque... cuando yo hago algún movimiento importante, mi señor marido se pone en la casilla del te lo dije a menudo. Así que primero susto y luego a disimular. Y no se le enciende la luz, que si yo fuera una persona que apuesta por lo funcional y lo nuevo, a lo mejor lo mandaba a freír espárragos y en lugar de estar cada día intentando darle fuelle a este amor viejito que tenemos, me buscaba uno nuevo de los que arden a todas horas.
Ay, he perdido el orden, bueno, tampoco tengo mucho que contar, los dedos no me van y la cabeza les sigue... Aún esperamos una semana más para las clases de música y yoga de las madrinas, pero ya podéis escribir para reservar vuestra plaza o informaros o preparar un paquete regalo con ellas para vuestras amigas. Os paso el link de la agenda graciosa para que podáis ver por vuestra cuenta.
Y hablando de lo viejo, este sábado hacemos orden y limpieza en nuestra casa interior en las constelaciones familiares. Espero que lo probéis un día, a mi me han ayudado mucho a estar en este mundo con más seguridad y generosidad, como decía mi profe de literatura: son importantes de necesidad. Me escribís si queréis venir o saber más.
Me voy con mi ataque de brevedad a desayunar y os deseo un día y una semana en el que os lluevan las buenas ideas. ¡Nos vemos el sábado!
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