Días graciosos
Queridas tocayas,
Ser madre pide la máxima creatividad, aún así está lleno de rutinas y repeticiones. Yo ya tengo tics de loca: si limpio un culito tengo que darle un cachete, como quien da dos golpes en la puerta de un avión para avisar que ya está listo para volar; si por fortuna veo la piel de mis dos manos, le mando un mensaje a mi vecina a ver cómo está; el silencio me pone alerta, miro a todas partes como fiera; los lunes son el día tranquilo, no limpio: los viernes se cena pasta con salsa de tomate; una vez a la semana, los jueves, quiero divorciarme de mi precioso marido... el día pasa entre rutinas y prisas. Hace unos días he empezado a hacer dos minutos de meditación al día, sencillamente vacío mi mente de palabras y no hago ni soy, estoy. La verdad es que necesitaba dedicarme un tiempo a mi misma y confieso que lo único alcanzable que encontré fueron estos dos minutos que no dan para leer libros, ni para un masaje, ni siquiera para llamar a un amigo, así que ganó la meditación. No podéis imaginar la abundancia que encuentro en mis dos minutos de yo misma, el bienestar, la belleza. Hoy además, he sentido el movimiento del viento y la lluvia, luces chillonas y truenos. Como una madre, la ciudad unos días brilla, otros se apaga, otros abraza y alguna vez grita, mucha vez esta semana. Me he sentido feliz, como cuando hablamos y me veo en vosotras... ¡estoy pensando ampliar a tres minutos! Sin bromas, espero que podáis dedicaros un tiempo a vosotras mismas también.
¡Feliz inicio de semana con consciencia, creatividad y gracia!
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada