La madre domesticada
Y ahora la que no quiera perder más tiempo puede ir a comerse el mundo, porque hoy la reflexión es larga, me desperté a las 2 de la mañana y estuve entre brumas escribiendo algunas ideas.
Hace unas semanas hablábamos de vivir con gusto, y con los consejos de Alice de hacerlo con placer, porque si no el útero se nos llenará de personas y situaciones y nos fallaran las fuerzas. El caso es que estoy lista para ello: pensar bien, estar bien, vivir y entenderme con mi útero (y con mi vagina... jijiji), comer verduritas, meditar... Me gustaría ser de nuevo una mujer y abandonar un poco ya mi faceta de animal domesticado. Sí, animal domesticado, eso me siento muchas veces por ahora y voy viendo que no soy la única, nada más lejos.
Soy una madre consciente, eso significa que acepto que el instinto se me fundió hace tres ancestras, así que cada día pongo en marcha un detallado programa de crianza hecho de charlas y libros, kundalini y profundas reflexiones sobre el pleistoceno. Si no fuera por este esfuerzo, creo que podrían verme gritar cada día unas 37 veces, me sobran las razones. Pero en lugar de levantar la voz, sacar a paseo mi querida cólera, no, muy tranquilamente y en voz baja doy las mínimas indicaciones para redirigir la situación, moco, mugre o actitud de mierda hacia una situación aceptable para el aquí y el ahora y ¿porqué? Porque he sido cuidadosamente domesticada para ser esta madre.
No quiero que mi hija me grite, así que he tenido que dejar de gritar, aquí no valen los argumentos de autoridad, de hecho no vale ningún argumento, si no quiero que mi hija me grite y me ningunee, solo sirve el ejemplo, da igual la razón por la que valdría la pena lanzarle un alarido, todos vuelven a ti el día que menos lo necesitabas. Lo mismo sirve para todo lo demás: puedes repetir mil veces la palabra compartir, dar ejemplo es el único camino.
Otro mecanismo perverso es el de la conexión trascendental, me cago en la conexión trascendental. Yo no pensé nunca que la maternidad te obligara a revisar todo lo tuyo y no es una sacudida rápida de polvillo, es limpieza general: de las raíces de uno mismo hasta las puntas, por el camino a veces se fueron tantas cosas que hasta te cuesta reconocerte. Pero si el pasado te duele, a tus hijos les duele, por mucho que intentes esconderlo.
Luego la crianza, que uno piensa que será como regar una planta. Esa personita que resopla ahora a mi lado mientras duerme yo no sé quien es, cada vez que me confundo y creo que es yo misma la veo sufrir. Ella es otra persona, así que solo si tiene un espacio propio, puede desarrollarse. Vale, una tiene que ponerle límites y mucho amor, incluso grandes cantidades de información, pero solo si aprendes a no volcar en ella tus miedos, tus deseos, tus carencias, tus virtudes (aplicar a cualquier cosa con la palabra tu delante) y dejar espacio libre para un yo distinto, podrá hacerse.
Otra es la forma del deseo, me explico: deseaba tanto ayudar a mi hija en todo que le mandé un mensaje muy claro con mi actitud: "estoy aquí para lo que sea". Queda muy romántico dicho en otro contexto, pero en este significa que sigo ofreciendo servicio de limpieza de culo y recogida de basuras después de cinco años y me temo que dure hasta los veinte. Proyectarse a uno mismo en el futuro a veces no es fácil, pero cuando tienes dos hijas es un ejercicio muy sano: ¿qué estás dispuesto a dar durante los próximos años? ¿Quieres ir detrás de tu hijo como un segurata? ¿Delante limpiando y detrás recogiendo? ¿Servicio de enfermería? ¿Psicología? ¿Coaching? ¿Punching-ball? No plantes esa semilla si no la vas a regar: si quieres que se pele la fruta deja de hacerlo tu, si no quieres correr detrás de ellos, empieza a ponerte delante, etc. Yo en eso estoy, le compré papel higiénico húmedo y me he buscado un trabajo, espero que pille la indirecta.
Así que ahí me tenéis girándome con paso seguro en las calles para que las niñas me sigan (sufro muchísimo por la posibilidad que se tiren a las ruedas de los coches, pero tengo que confiar en ellas, en su instinto de protección, me sudan los bigotes cada día con esto, pero estoy construyendo su confianza en el mundo); bajando la voz cada vez que se desmadran, generando ondas alpha cuando lo que querría es rugir a pleno pulmón; sacando de dentro todo lo guardado en el pasado y pasando el ojo como Robocob sobre las situaciones para preveer cuales se pueden convertir en un grano en el culo unos días más tarde. Y luego hay quien se pregunta porqué las madres están tan agotadas, ¡si están de vacaciones!
Bueno, ya véis que el ataque de brevedad era temporal. Espero que esta semana haya muchas flores en vuestro camino y que no solo sea en sentido figurado.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada