Uaaahhhh!
Queridas madres (y algún padre),
La semana pasada se pasó sin darme cuenta, entre el puente y la velocidad que cogen los días desde que soy madre (¿cierto que el tiempo es relativo a la cantidad de hijos que uno tiene a su cargo?). Ahora mismo ya no sé en qué dia me encuentro, creo que al fin he llegado al lunes pero como Colón, volteando por otra parte desconocida y extraña.
¿Habéis leído el libro El concepto del Continuum? Allí está todo lo que necesitáis saber para ser padres conscientes, hoy yo, siento que no tengo nada que decir. ¿Sabéis que soy museógrafa? ¿Queréis que hablemos de nuevas tendencias en museografía? ¿Del uso de la tecnología en los museos? Es mi especialidad... Aún llevo pegado un poco de fin de semana, cuando me saturo, mi pareja me ayuda a tener un poco de tiempo libre y se queda solo con las niñas para que yo pueda llevar una vida normal: andar por la calle sin estar haciendo la C para tirar de un patinete y responder al mismo tiempo las 357 peticiones para ya de Maia, eso no es llevar una vida normal, es una meditación, es un entrenamiento militar, es tan cansado y extraño y absorbente (no esta situación en concreto, digo, en general). Mi pequeña Lilah ha empezado a llamarme Miriam, llora como un bebé por cualquier cosa, pero en lugar de llamarme mami, me llama Miriam, al menos he recuperado mi nombre y me ha hecho pensar en ella: Miriam. Me hecho de menos. A veces los mensajes que te mandan los hijos no te llegan, te traspasan. Pasé 7 años trabajando unas 14 horas al día y luego me quedé embarazada y hace 5'5 años más, que trabajo unas 20 horas al día pero no cobro nada. Así que tengo que ir muy lejos para ver la última vez que miré al futuro con una curiosidad limpia de miedo, sin saber lo que quería hacer y sin pensar en las 50 dimensiones que pueda tener cada decisión. Es decir que hace mucho tiempo que estoy cansada y además hace unos dos años que me duele todo el cuerpo casi cada día, lo que me hace pensar que pueda estar haciéndome vieja o que tengo que abandonar la crianza tan amorosa que me he impuesto y mandar a paseo a toda la familia. Entonces, cada un cierto tiempo la familia se da ese paseo y yo voy a cenar con unas amigas, luego vuelvo a casa y me quedo viendo series de mafiosos hasta que sale el sol, duermo un poco y me escapo a hacer lo que sea y a ver más gente y a moverme en minutos de aquí para allá: increíble chicas: un cuerpo puede transportarse en minutos de un lugar al otro de la ciudad sin pasar cerca de una hora calzando zapatos y tapamientos para salir y rogando cada avance de vestuario y movimiento de los dos cuerpos que no son el mío, se puede; los transportes tienen espacio para un cuerpo como el mío, no hay que pisar pies ni se tiene que gritar para organizar un tetris en el bagón para que quepa el carro, la bici de la niña y las dos cachorras que tiran hacia las barandillas del tren. Se pueden subir las escaleras mecánicas.... uahhhh, vas a toda subiendo sin sufrir por nada... uahhh. Y llegas a los sitios antes de que estén ya despidiéndose y se interesa por ti la gente, siii, porque te ven. Por el camino puedes tener una conversación telefónica con alguien sin que piensen que te has trastocado (-porqué me pregunta si quiero una galleta?? -perdona no hablaba contigo -Ah!). Y lo increíble: puedes hablar más de 10 minutos, incluso 13 o 15 con alguien sin atender una sola petición extraña o salir corriendo a amortiguar una caída. Uahhh! El mundo es extraño y bello allá fuera y una madre como yo se siente como una marciana entre la gente sin sus cachorras, pero vale la pena ser Miriam unas horas y volver luego a ser mamá después, para seguir con la crianza un poco más gamberra, un poco más borracha y un poco más feliz.
Nos hablamos la próxima semana. Os deseo una semana maravillosa, no os dejéis llevar por la fiebre comercial y pensad en el bien del planeta, que somos 7 millardos de gente, que queremos que haya nuevas generaciones y que tengan ríos y lagos y agua dulce y buena y puedan respirar. Enseñad a los hijos que siempre es mejor tener uno que tres y dar a los demás y no apoyar el comercio que esclaviza a la gente y reparte en el sur sus miserias y en el norte los beneficios. Es mi traducción de eso tan gordo y peludo que hay que empezar a decir: feliz navidad.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada